Malala no quería renunciar a ir a la escuela. Enfrentarse a quienes
querían prohibir su educación estuvo a punto de costarle la vida. Un
día, mientras caminaba por las calles de su pueblo, en Pakistán, un
hombre la siguió y le disparó en la cabeza, pero Malala no se rindió.
Sobrevivió y este año le han concedido el premio Nobel de la Paz.
SABEMOS QUE HAY MUCHAS “MALALAS”.
Niñas y jóvenes que de una u otra forma tienen que luchar y sortear
muchos obstáculos para poder recibir una educación. El Nobel a Malala
significa un apoyo y un respaldo para todas las personas del mundo
que en dificultades extremas persiguen el derecho a la educación de las
niñas.
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